19/06/2023

¿Qué es el liderazgo femenino en las empresas, en qué se diferencia del masculino y cómo promoverlo mejor?

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Según el Global Center Gap Report 2022, de todas las mujeres trabajadoras, solo el 36,9% desempeña cargos gerenciales o directivos. O lo que es lo mismo: el 63,1% de las posiciones más influyentes están ocupadas por hombres.

Resolver la desigualdad de género y fomentar el liderazgo femenino empieza a estar en la agenda de la mayoría de las organizaciones empresariales.  

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Y no solo por razones de equidad y de justicia, sino también por rentabilidad: se ha demostrado que las empresas con presencia femenina en la dirección generan más beneficios y retienen mejor el talento.  

A pesar de que el problema de la brecha de género está muy presente en el debate público, las cotas de representación femenina en las empresas, sobre todo en puestos de alta responsabilidad, no mejoran ostensiblemente. 

Las estadísticas, en este sentido, no engañan. Según el Global Center Gap Report 2022, elaborado por el FMI, de todas las mujeres trabajadoras, solo el 36,9% desempeña cargos gerenciales o directivos. O lo que es lo mismo: el 63.1% de las posiciones más influyentes están ocupadas por hombres.  

El camino por recorrer es todavía largo

¿QUÉ ES EL LIDERAZGO FEMENINO?

El liderazgo femenino se define como la participación de las mujeres en posiciones de poder y en la toma de decisiones dentro de las organizaciones.  

Este concepto, teorizado por Marilyn Loden, Sally Helgesen y Helen Fisher a lo largo de 40 años, ha revitalizado el debate sobre la desigualdad de género en los últimos años. 

Marilyn Loden argumentaba ya en 1978 que los frenos a las aspiraciones y oportunidades profesionales de las mujeres eran sobre todo culturales (no personales ni psicológicos) y acuñó por primera vez el concepto de techo de cristal.  

Loden denunció la tendencia de muchas mujeres a ejercer un estilo de dirección masculinizado, con tal de encajar en el sistema dominante, y revindicó una manera de dirigir diferente, más acorde con ciertas características positivas que tradicionalmente se han atribuido a la mujer. 

CARACTERÍSTICAS DEL LIDERAZGO FEMENINO

El liderazgo femenino –según estas tres autoras– destaca especialmente en cuatro puntos:  

  • Escucha 
  • Empatía 
  • Comunicación  
  • Trabajo en equipo. 

DIFERENCIAS ENTRE LIDERAZGO FEMENINO Y MASCULINO

Ahora que hemos clarificado el concepto de liderazgo femenino, profundicemos algo más en los rasgos que lo definen.  

Por lo general, el estilo de dirección ejercido por mujeres está más abierto a las personas y a establecer vínculos de colaboración entre los empleados.  

Entre los talentos del liderazgo femenino, destacan la facilidad para trabajar en equipo y la habilidad para cohesionar el grupo.  

Además, las mujeres tienden a preocuparse más por la diversidad y la equidad dentro de las estructuras organizativas, cosa que repercute en un ambiente de trabajo más saludable, agradable y comprometido con los objetivos colectivos.

En la edición de este año de Esade Gender Monitor, el 71% de las encuestadas percibe que las mujeres CEO son mucho más activas en materia de igualdad, inclusión y diversidad. Y esta circunstancia beneficia la cohesión de los equipos. 

Entre las cualidades masculinas, resaltan la comunicación asertiva, la capacidad estratégica y el espíritu competitivo.  

Cualquiera de estas habilidades, sin embargo, no son innatas y pueden ser aprendidas con una adecuada formación. En este sentido, universidades de negocios como Esade ya cuentan con cursos de liderazgo femenino para desarrollar las capacidades directivas de la mujer y llevarlas a la excelencia. 

BARRERAS AL LIDERAZGO FEMENINO EN LAS EMPRESAS

Los sesgos inconscientes (44.7%), la dificultad para equilibrar la vida profesional con la personal y familiar (29.6%) y la falta de reconocimiento en las tareas realizadas (23.2%) son las principales barreras que han destacado las profesionales radiografiadas en el Esade Gender Monitor 2023

Con un 44,7%, los sesgos inconscientes de género sobresalen, a ojos de las profesionales, como uno de los grandes causantes de la disparidad entre hombres y mujeres en puestos de alta dirección. 

Los sesgos inconscientes son ideas y creencias instaladas en nuestra cabeza que a menudo guían nuestra toma de decisiones de manera automática, a pesar de que a veces no tienen fundamento o están basadas en prejuicios.  

Para combatirlos, Raquel Manzano, Distric Manager de ISS, propuso, en el coloquio de Esade sobre liderazgo femenino empresarial, hacer “cursos de formación dentro de las empresas” para visibilizarlos y desentrañar la base irracional que los sustenta.  

Más allá de los arriba indicados, Raquel Manzano señala también la “ausencia de ejemplos de liderazgo femenino en España” como otro condicionante que frena la promoción profesional de las mujeres.  

BENEFICIOS DEL LIDERAZGO FEMENINO

Según el estudio The Business Case for Change de la Organización Mundial del Trabajo, las empresas que trabajan adecuadamente la paridad en puestos directivos obtienen ventajas competitivas claves respecto a su competencia: 

  • Incrementan sus beneficios entre un 5 y un 20%. 
  • Muestran mayor innovación y creatividad. 
  • Ostentan una mejor imagen externa y reputación.  
  • Retienen y atraen el talento de un modo más efectivo. 

Desde todos los puntos de vista, alcanzar la paridad en los puestos de responsabilidad parece un deber ineludible para las empresas, tanto en términos éticos como de competitividad.

¿CÓMO PROMOVER EL LIDERAZGO FEMENINO EMPRESARIAL?

¿Qué acciones y cambios se deberían emprender para que el otro 50% de la población esté también representada en la dirección estratégica de las corporaciones?  ¿Cómo acelerar las políticas de igualdad en las empresas? 

Según la encuesta elaborada por Women Iniative de Esade, estas son las iniciativas más valoradas por las directivas consultadas a fin de favorecer la igualdad de oportunidades: 

  • Potenciar el coaching, el mentoring y el sponsoring (48.3%) 
  • Incentivar la formación en habilidades directivas (38.1%) 
  • Fomentar la flexibilidad horaria (37.3%) 
  • Impulsar una cultura empresarial inclusiva y de pertenencia (34%) 

Pero, por encima de todo, parece claro que, para conseguirlo, las empresas deben considerarlo una prioridad estratégica indiscutible. “Deben creérselo”, en palabras de Eugenia Bieto, directora de Esade Women Initiative e impulsora del Esade Gender Monitor.  

Y es que se ha observado que, cuando una mujer lidera los cambios, los avances en igualdad se aceleran significativamente.  

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