16/03/2023
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¿Qué retos afronta la edtech en un momento de innovación disruptiva? Emprendedores analizaron las tendencias en tecnología y educación

En un panel organizado por eWorks, el programa de creación de empresas de Esade, 4 emprendedores hablaron de las tendencias: Arol Viñolas, ingeniero de software y emprendedor; Pina de Paz, CEO y cofundadora de Kimple Education; Suzanne Jenkins, directora del Esade Center for Social Impact, y Kevin Giorgis, CEO y cofundador de Wyblo. 

En un panel organizado por eWorks, el programa de creación de empresas de Esade, 4 emprendedores hablaron de las tendencias: Arol Viñolas, ingeniero de software y emprendedor; Pina de Paz, CEO y cofundadora de Kimple Education; Suzanne Jenkins, directora del Esade Center for Social Impact, y Kevin Giorgis, CEO y cofundador de Wyblo. 

Son buenos tiempos para la EdTech. Los últimos avances en inteligencia artificial, metaverso, big data o cloud computing, entre otros, se están incorporando rápidamente al sector educativo, especialmente en el ecosistema emprendedor, donde las startups pueden adaptarse más fácilmente y explorar nuevas aplicaciones que faciliten la formación

En un panel moderado por el profesor de Esade Davide Rovera, cofundador y director de eWorks, el programa de creación de empresas de Esade, 4 emprendedores del sector educativo hablaron de las tendencias en materia de EdTech y del futuro de la educación: Arol Viñolas, ingeniero de software y emprendedor; Pina de Paz, CEO y cofundadora de Kimple Education; Suzanne Jenkins, directora del Esade Center for Social Impact, y Kevin Giorgis, CEO y cofundador de Wyblo.

Una de las principales conclusiones fue que, si bien estas tecnologías son grandes facilitadoras, el uso que efectivamente se haga de ellas sigue siendo la cuestión fundamental. «Lo importante es cómo aplicamos la tecnología«, señaló De Paz, «pues tiene que responder a un propósito«.

Ello nos retrotrae a un viejo debate: ¿deben los planes de estudios incluir la programación como asignatura obligatoria en las escuelas? Para Viñolas, la atención debe centrarse «en el pensamiento lógico y crítico y en las habilidades de resolución de problemas» que nos llevan a ser un buen programador, y no tanto en la habilidad práctica para la programación. 

En opinión de Jenkins, el debate sobre la programación ilustra las oportunidades que ofrece el aprendizaje autodirigido. «Las personas han de ser capaces de dirigir y gestionar su propio proceso de aprendizaje, y pasar del pensamiento lineal al pensamiento sistémico«. Según Giorgis, esta es la vía que están siguiendo numerosas startups de EdTech: proporcionar contenidos de alta calidad y facilitar que las personas puedan aprender por sí mismas.

EL FUTURO DE LAS UNIVERSIDADES

La universidad es, seguramente, la institución más afectada por estos cambios. En una época en que proliferan las alternativas formativas, surgen dudas sobre su papel. Viñolas explica que algunos jóvenes eluden la universidad y se ponen directamente a trabajar inmediatamente tras la enseñanza obligatoria. De este modo, descubren más temprano si el trabajo que eligen les gusta -sin tener que esperar a descubrirlo tras finalizar los cuatro años del grado-, y más adelante pueden decidir si prosiguen su formación. 

Según Giorgis, existe una brecha entre lo que enseñan las universidades y lo que necesitan las empresas que puede llevar a la frustración a los recién graduados que acceden al mercado laboral. Para reducir esta brecha, el «aprendizaje social» se está convirtiendo en una práctica habitual en las empresas, transfiriendo conocimientos y habilidades dentro de la propia compañía y através de los distintos roles. 

En este sentido, las alternativas a la universidad pueden ser una solución para muchas personas. Algunos ejemplos son los programas de formación profesional o las ofertas formativas en que los estudiantes no tienen que pagar una matrícula de antemano, sino solo a partir del momento en que los contratan. «Pero, en general, es esencial mejorar la interacción entre profesores y alumnos, y también entre el Estado y las empresas, para identificar dónde se produce esta brecha», señala Giorgis. 

Para Pina de Paz, la mayoría de las instituciones académicas se ven obligadas a resolver las cuestiones más “urgentes”, relegando las «importantes» a un segundo plano. «Innovar en los procesos de aprendizaje es más acuciante hoy, en un momento de cambios continuos», explica. Lamentablemente, las universidades sufren a la hora de mantener el ritmo de los cambios necesarios, y es aquí donde la alternativa de EdTech ofrece una vía para cubrir este vacío. 

TECNOLOGÍA CON UN PROPÓSITO

«La tecnología no es la solución, sino un mero facilitador«, insiste Giorgis. El planteamiento básico de empezar por analizar el problema y ver de qué modo la tecnología puede ayudar a resolverlo (y no al revés) sigue siendo esencial. Las herramientas de IA generativa, como ChatGPT, son un buen ejemplo de ello. Ingenieros como Viñolas son pioneros en el uso de estas herramientas como asistentes de programación; ahora los estudiantes pueden hacer lo mismo, y ello los anima a seguir su propio itinerario de aprendizaje. «Es difícil, pero importante, educar a los niños a hacer un buen uso de estas herramientas«, recalca. 

Pina de Paz recuerda que vivió con escepticismo el momento en que «el hardware se convirtió en una necesidad perentoria en las aulas y empezaron a aparecer ordenadores, libros digitales…. Pero ¿para qué los íbamos a utilizar? ¡Simplemente, para replicar las formas tradicionales de aprendizaje con nuevas herramientas!». Jenkins abunda en esta visión recordando que la tecnología ofrece muchas oportunidades, «pero debemos preguntarnos de quién son las necesidades que son atendidas y si estas soluciones son apropiadas«. 

Precisamente, hoy hay más oportunidades que nunca de acceder a nuevos contenidos. Pero ¿significa esto que todo el mundo va a tener acceso a una educación de calidad? La impresión general es que no. «Solo unos pocos van a poder acceder a una educación personalizada que les preparará para poder trabajar en un ecosistema complejo», explica Davide Rovera. 

«Los contenidos son baratos, pero necesitamos un aprendizaje basado en competencias, y ello requiere invertir en infraestructuras, en pedagogías innovadoras, en formar a los profesores…», conviene De Paz. Lamentablemente, los recursos para ello no están disponibles en igualdad de condiciones, «así que el mayor desafío será no crear una enorme brecha social y económica en el aprendizaje«.