Cómo el metaverso podría impactar en el futuro de la educación. Esta fue una de las interrogantes que surgieron en el Metaverse Investment Forum, donde más de 100 participantes se reunieron en un espacio virtual creado por Esade BAN.
En mayo de 2022, Esade BAN -la red de inversores promovida por Esade Alumni- celebró su primer Metaverse Investment Forum. Más de 100 participantes se reunieron en un espacio virtual creado por Esade BAN, donde interactuaron con otros inversores y presenciaron diferentes presentaciones.
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No es nada nuevo para cualquiera que asistiera a una videoconferencia virtual en pleno apogeo de la pandemia utilizando una de las muchas plataformas online que surgieron. Espacios de encuentro patrocinados, áreas de coffee break virtuales y sesiones de preguntas y respuestas en vivo se convirtieron rápidamente en elementos básicos de la tecnología de conferencias interactivas online.
Sin embargo, el debate sobre la utilidad de estos nuevos espacios virtuales está totalmente vigente. En un momento en que hay quien se cuestiona si el potencial del metaverso es real o si se trata de una burbuja, la educación se erige como uno de los ámbitos en los que el metaverso puede resultar más disruptivo.
¿Qué tiene el metaverso de diferente y por qué está siendo anunciado como el futuro de la educación y la formación?
LA EDUCACIÓN DEL FUTURO
Esteve Almirall, profesor asociado del Departamento de Operaciones, Innovación y Ciencia de Datos de Esade, cree que los educadores cumplen con facilidad estos criterios y que el metaverso es el futuro de la educación online.
“Imaginemos una clase de anatomía, donde los estudiantes de medicina puedan sumergirse en representaciones realistas del cuerpo humano; una clase de física, en la que puedan participar en experimentos virtuales; o una clase de ingeniería, donde puedan sumergirse en motores o plantear instalaciones virtuales”, destaca.
Además de brindar una experiencia inmersiva, el metaverso aumenta el potencial de aprendizaje. Un estudio reciente de PwC señaló que, en las clases en el metaverso, el ritmo de aprendizaje es cuatro veces más rápido que en el aula; los estudiantes tienen un 275% más de confianza a la hora de aplicar las habilidades que han aprendido después de practicar; están 3,75 veces más conectados emocionalmente con el contenido, que los alumnos de las clases presenciales, y cuatro veces más concentrados que sus compañeros de e-learning.
Marc Correa, decano de la Executive Education de Esade, coincide en que las tecnologías inmersivas brindan a los participantes una vivencia más intensa y memorable. Hablando del lanzamiento del campus virtual de Esade en el metaverso, Correa afirmaba que “el valor añadido del profesorado deberá centrarse en conocer y dominar el proceso y el entorno, y en ser facilitador en el proceso del participante”.
EL VALOR DE LAS REDES REALES
A pesar del gran potencial que tiene enseñar y formar en el metaverso, el profesor pionero en metaverso, Frank Piller, no ve creee que esta nueva tecnología vaya a reemplazar completamente al aprendizaje presencial en el aula.
“Para los programas más largos, como los Executive MBA y los Full Time MBA, la relación cara-a-cara aporta otro elemento fuerte”, afirma. “Para este tipo de programas, lo que enseñamos como profesores es el 50% del valor. El otro 50% proviene de la red: del intercambio de conocimientos y la interacción informal entre los estudiantes, de la vida social y del deporte, entre otros. Y creo que no podemos reemplazar estos elementos con el metaverso”.
Pero, aunque es posible que el metaverso no reemplace por completo las interacciones personales presenciales, Esteve Almirall cree que sí transformará la educación.
“Está claro que la educación va a cambiar”, afirma. “Y esta transformación cambiará nuestra sociedad. Con el metaverso, podremos disfrutar de una rica interacción con compañeros de estudios y profesores de todos los rincones del mundo y esto cambiará nuestro mundo para mejor”.

BORRANDO LOS LÍMITES
Al ponerse cascos de realidad virtual o gafas de realidad aumentada, las personas pueden socializar, trabajar, jugar o acudir a rezar en un contexto en que los límites entre lo digital y lo físico son permeables.
Aun así, existe una salvedad importante: ¿realmente agrega valor a lo ya disponible a través de elementos individuales la convergencia entre lo físico y lo digital? ¿Tendrán los consumidores el apetito suficiente por un entorno virtual de estas características, con ambición de abarcarlo todo?
Para Xavier Pérez, Profesor de Esade y CEO de Metavers Consulting, la respuesta a esta pregunta es un rotundo “sí”. Ahora estamos en una fase de surgimiento, que será avanzada en 2025, afirmó durante su ponencia de Esade BAN sobre oportunidades de inversión en el metaverso -precisamente, ante una audiencia virtual-.
Según las previsiones de la compañía tecnológica Garner, el 25% de la población pasará al menos una hora al dia en el metaverso a partir de 2026. En opinión de Pérez, ahora es el momento de que las organizaciones inviertan en metaverso. No obstante, el problema para muchos es que no saben en qué están invirtiendo realmente.
DECIDIENDO CUÁNDO Y CÓMO PARTICIPAR
Organizaciones de toda clase, especialmente las empresas que tratan directamente con el consumidor, se preguntan cuándo y cómo participar. Incluso si plantean si tratar el metaverso principalmente como una distracción en la que algunos solo elementos específicos son realmente relevantes para diferentes aspectos de las operaciones comerciales.
Domingo Mirón, presidente de Accenture en España, Portugal e Israel, considera que, si bien el metaverso tiene muchos beneficios y un potencial sin explotar, las compañías deben ser selectivas al implementar sus tecnologías.
En una ponencia realizada en una sesión de los Matins Esade, en marzo de 2022, Mirón afirmó: “Aunque su verdadero potencial todavía es una incógnita, ya sabemos que el metaverso facilita la capacitación de personas en procesos industriales, permite la captación de talento a través de sesiones inmersivas y la creación de nuevos modelos de negocio”.
Aún así, pidió precaución y no precipitarse a invertir, y sugirió que las empresas solo deberían implementar tecnologías que cumplan con tres indicadores: mejorar la toma de decisiones, optimizar la relación con los clientes o grupos de interés y facilitar las operaciones diarias.