Los casos son parte del informe recién lanzado “Políticas de inclusión financiera y las nuevas tecnologías en América Latina”, realizado por las especialistas Diana Mejía y Karina Azar.
Productos financieros que permiten ahorrar, realizar una transferencia electrónica o el pago de alimentos o de servicios básicos, marcan una gran diferencia cuando se trata de la calidad de vida de las personas que pertenecen a la llamada base de la pirámide. Es el caso de las cada vez más conocidas billeteras electrónicas, el pomo de la puerta de entrada de la inclusión financiera, una que poco a poco comienza a abrirse para los que menos tienen en América Latina.
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Interesadas en este tema y como una forma de medir el impacto de estas innovaciones tecnológicas financieras en la región, así como del peso de las políticas públicas que estimulan estos avances inclusivos, las investigadoras de CAF -Banco de Desarrollo de América Latina, Diana Mejía y Karina Azar (especialista senior y ejecutiva de la Dirección de Análisis y Evaluación Técnica de Sector Privado de la Vicepresidencia de Sector Privado, respectivamente) desarrollaron el informe “Políticas de inclusión financiera y las nuevas tecnologías en América Latina”, un estudio recién lanzado donde analizan algunas experiencias de países de la región donde se han ampliado los pagos digitales y, con esto, la inclusión financiera, aunque sin dejar de advertir lo más importante y lo que más preocupa: que “las brechas de inclusión financiera responden a desafíos más estructurales” que no se han resuelto.
“Si bien los servicios financieros digitales, desarrollados y masificados a raíz del Covid-19, son un mecanismo de entrada que puede ayudar a las personas desatendidas o subatendidas por el sistema financiero tradicional a acceder a esos servicios, es importante tener presente que las brechas de inclusión financiera responden a desafíos más estructurales. Por esta razón, para avanzar en este terreno en la región, es necesario diseñar e implementar medidas integrales que incluyan respuestas de política desde la oferta y la demanda, y que, al mismo tiempo, atiendan las barreras que pueden dificultar el uso de los servicios financieros digitales”, explican Mejía y Azar.
Se desprende del informe que, cuanto más se reduzcan las barreras que frenan la inclusión financiera digital en América Latina (la competencia y eficiencia en el sector de las telecomunicaciones, redes de conexión eficientes, integridad financiera, protección del consumidor, entre otras), se amplificará el uso de los pagos digitales en la región, que “tienen el potencial de reducir el tamaño de la economía informal, por la que optan muchos individuos y empresas que se abstienen de registrarse, de pagar impuestos o cumplir con las regulaciones del mercado laboral o de productos”.
Pese a que la faena mayor aún no comienza, la estructural, en Tekios decidimos contarles las 3 casos destacados por CAF en su informe, “experiencias de países de la región en los cuales la ampliación de los pagos digitales ha conllevado un aumento en la inclusión financiera”.

Billetera móvil (BIM) – Perú
Lanzado en 2016, el monedero electrónico peruano BIM puede ser catalogado como un virtuoso fruto de la colaboración entre el sector público y privado, y del efecto de políticas públicas que buscan promover el dinero electrónico como vía para la inclusión financiera.
En el caso de Perú, este viraje político comienza en 2013, con la promulgación de una ley de dinero electrónico; y se sostiene en 2015, a través del lanzamiento de la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), del Ministerio de Economía y Finanzas, que buscaba estimular la inclusión financiera, con la participación de los sectores público y privado, en el marco de preservación de la estabilidad financiera.
Uno año más tarde, “se estrena la plataforma digital BIM, un sistema tecnológico que fue en ayuda de más de 10 millones de peruanos excluidos del sistema financiero, gracias a la alta penetración de la telefonía móvil (más del 90% de los peruanos posee un celular)”, como detalla el informe de CAF.
BIM no requiere la presencia física del usuario ni de las entidades financieras, por ende, la audiencia objetivo son a quellas personas excluidas del sistema financiero, pero que tienen algún tipo de celular, y que cuentan con ingresos máximos de US$555 mensuales.
“La plataforma permite cargar dinero en efectivo en un teléfono celular y realizar transacciones financieras, como enviar y retirar dinero o pagar servicios, sin necesidad de disponer de una cuenta bancaria. De esta forma, se permite que la población objetivo realice transacciones monetarias sin los sobrecostos y riesgos del efectivo”, añade el estudio.
Cerca de 30 entidades financieras y gran parte de las empresas de telecomunicaciones del país se han sumado a la iniciativa, que partió con la meta de llegar a 5 millones de usuarios en cinco años. Una de ellas, el Banco de la Nación, incorporación que le ha permitido a los peruanos realizar operaciones con 15 instituciones del Estado.
En septiembre de 2020, se contabilizaron más de 800.000 usuarios, de los cuales 9.000 son microempresarios.

Billetera de cobro digital (CoDi) – México
El servicio de cobro digital (CoDi) fue creado por el Banco de México en septiembre de 2019, con el fin de lograr una mayor inclusión financiera, mediante pagos a través de transferencias electrónicas.
A septiembre de 2020, más de 18.000 usuarios se habían registrado en la plataforma, permitiéndoles tener ahorros en tiempo y mejores condiciones en las tasas. Mientras que el número de cuentas validadas, es decir, aquellas que pueden generar cobros, ascendía a 2 millones en marzo de 2020, detalla el informe de CAF, realizado por Diana Mejía y Karina Azar.
El servicio se puede utilizar tanto para ventas en mostrador como en tiendas en internet, y utiliza el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI), por lo cual el vendedor y el comprador deben tener cuentas en bancos o en alguna institución financiera, sin que la operación represente costos para los usuarios.
En México, el porcentaje de adultos que tiene acceso a una cuenta en alguna institución financiera formal es de solo 36,9% (Banco Mundial, 2017), lo que significa que una mayor inclusión financiera representa una ingente meta país. Para lograrlo, se han sumado al servicio CoDi instituciones que provienen de tres categorías: las de servicios de pagos y cobros; las que solo ofrecen pagos; y las que solo proveen el servicio de cobros.
A juicio de las investigadoras, un aspecto que CoDi debería mejorar, para aumentar así su cobertura a los más pobres, es que el servicio “requiere que los usuarios tengan una cuenta con un banco formal y dispongan de un teléfono inteligente capaz de escanear códigos QR. Estos requisitos técnicos dificultan el acceso a su funcionalidad, al excluir teléfonos 2G, los cuales son más sencillos que un teléfono inteligente”.
Plataforma de pagos instantáneos (PIX) – Brasil
PIX fue creada en noviembre de 2020 por el Banco Central de Brasil (BCB), con el objetivo de reducir el tiempo y los costos de las transferencias entre individuos y empresas, en un país donde 45 millones de personas no están bancarizadas y 230 millones tienen teléfonos inteligentes.
Este escenario alimentó el nacimiento de esta innovación tecnológica y financiera en Brasil, que consiste en una billetera electrónica que elimina la necesidad de las personas de tener dinero físico, una medida necesaria, a juicio de las investigadoras de CAF, sobre todo “dado el contexto del Covid-19, ya que el uso de la billetera electrónica disminuye los riesgos de contagio del virus, al tiempo que genera oportunidades de alfabetización digital para la población”.
PIX permite que la orden de pago y la disponibilidad de fondos para el usuario receptor se ejecute en tiempo real, y que las comisiones de transferencia sean mucho más competitivas.
El costo de PIX es de BRL 0,01 por cada 10 transacciones, lo que hace que el sistema sea inicialmente muy económico, aunque aún no se conoce cómo se monetizará la solución de los aliados que pondrán la última milla a disposición de los pagadores y beneficiarios.
Al igual que el caso de la BIM, en Perú, el BCB firmó un convenio que permitiría a los ciudadanos de Brasil realizar el pago de sus impuestos federales a través de PIX. También se anunció que el gobierno federal tiene el propósito de expedir pagos, como reembolsos de impuestos sobre la renta, beneficios sociales y subvenciones, utilizando la plataforma en el futuro.
“Como en el caso de CoDi, en México, la plataforma podría servir para ampliar el acceso financiero de la población si funcionara con teléfonos que no utilizan tecnología inteligente”, lamentan las investigadoras en el informe “Políticas de inclusión financiera y las nuevas tecnologías en América Latina”.