La reubicación de gran parte de la capacidad productiva instalada en China obliga a que el sector manufacturero de América Latina busque aprovechar la digitalización como una palanca que incremente su competitividad, dice el estudio de BID Invest “Transformación Digital de Manufactura en América Latina y el Caribe”, donde enumera cuales son las necesidades y desafíos que deben estar en la agenda de cualquier organización de este sector.
Las ventajas competitivas de países como China se han diluido con el tiempo. Los costos laborales se han incrementado a lo largo de las últimas décadas, dejando de ser centros productivos de muy bajo costo, como resultado de las mejoras en las condiciones del trabajo. Adicionalmente, el reciente cambio de política interna en China y el “acoso” regulatorio a múltiples sectores industriales, combinado con la política de cero COVID-19, han restado atractivo y certidumbre a las inversiones en aquella geografía, asegura un análisis de BID Invest en el estudio “Transformación Digital de Manufactura en América Latina y el Caribe”, donde enumera cuales son las necesidades y desafíos que deben estar en la agenda de cualquier organización de este sector.
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Además, la pandemia y la guerra Rusia-Ucrania, ralentizaron las cadenas de valor y demostraron las desventajas de la excesiva dependencia de geografías específicas que, además, se traducen en largas distancias, tiempos de traslado y aumento del coste de transporte marítimo. China, por ejemplo, representaba un 20,7% de las importaciones de la región en 2020.
Estos factores han causado que China haya ido perdiendo relevancia en el mundo de la manufactura mundial en los últimos años, dando como resultado que las operaciones se han trasladado nuevos polos productivos más cercanos a los destinos finales de los bienes.
“Algunos países de América Latina y el Caribe, como México y Brasil, se posicionan como candidatos naturales para atraer parte de esas inversiones. Es evidente que las condiciones geopolíticas y económicas globales favorecen la desconcentración del sector manufacturero”, explica el análisis para justificar la necesidad de la aceleración en la transformación digital de la región.
“Esto denota la necesidad de un cambio de estrategia que apunte hacia modelos centrados en polos productivos regionales, con socios de confianza y que aseguren más resiliencia y capacidad de respuesta. Lo anterior busca reducir la dependencia de terceras economías para satisfacer la demanda de insumos o productos terminados e integrarse con flujos logísticos de menor duración y con menor propensión a ser afectados por factores externos que causan interrupción en las cadenas de valor”, agrega el estudio.
Tecnologías como la automatización, el uso de sensores y los algoritmos con inteligencia artificial se han utilizado en el sector para ganar precisión e incrementar productividad de las operaciones, afirma el estudio. Otras tecnologías como los gemelos digitales y la manufactura aditiva han mostrado beneficios en la optimización del uso de recursos y una capacidad de probar mejoras de una forma más ágil. “Estas herramientas combinadas con otras como el internet industrial de las cosas (IIOT) y los modelos de analítica avanzada, habilitan mejoras en la productividad y eficiencia de los procesos con una visión transversal a lo largo de toda la cadena de valor. Esto a su vez mejora la capacidad de respuesta de las organizaciones para satisfacer las necesidades del ecosistema”, explica.
El estudio de BID Invest analizó una muestra de 35 empresas del sector manufactura para observar el estado de madurez digital de la industria en América Latina a lo largo de la cadena de valor de empresas y determinar cuáles son las necesidades y retos claves del sector y plantear una hoja de ruta para acelerar la adopción de tecnologías digitales que contemplan algunas de las soluciones innovadoras que se aplican actualmente en el ecosistema industrial de la región.
BARRERAS PARA LA MADUREZ DIGITAL
Los resultados del análisis de BID Invest ubican a las organizaciones de la región en un nivel de madurez intermedio (denominado “seguidor”, según la metodología del estudio), al obtener una calificación promedio de 2,97 en una escala de 5, y el estudio las caracteriza como “organizaciones que cuentan con un plan estratégico para abordar la Transformación Digital y han incorporado roles, herramientas digitales y un modelo de gobierno dedicado a impulsar y gestionar la transformación. A pesar de que cuentan con algunas métricas para guiar su toma de decisiones, no han conseguido todavía maximizar el valor del negocio a partir de la digitalización”.

A nivel operativo, se identifica que los procesos más avanzados digitalmente son los logísticos y de producción. Mientras que donde se encuentran más áreas de oportunidad es en los procesos administrativos, incluyendo las funciones de finanzas, recursos humanos y legal.

“A pesar de existir avances, hay oportunidades que deben ser abordadas para atender las propias necesidades del sector de mantenerse competitivo en un entorno regional y global. Para ello, el sector debe continuar invirtiendo en integrar nuevas soluciones digitales que engloben capacidades de automatización de procesos e inteligencia artificial y que se apalanquen en mayores cantidades de datos obtenidos e interpretados en tiempo real para generar valor orientado a la toma de decisiones”, dice el estudio.
Muchas barreras deben ser superadas para lograr incrementar la adopción de la Transformación Digital, enfatiza el estudio. Entre las más importantes, está la falta de visión a largo plazo y la falta de mecanismos para evaluar, dimensionar y monitorear el retorno de las inversiones requeridas para habilitar la transformación. Por otra parte, se requiere de la atracción y formación de talento digital así como del desarrollo de más soluciones a la medida que ayuden a las organizaciones a reducir la complejidad tecnológica de sus arquitecturas empresariales. Por último, es necesario incrementar la infraestructura de conectividad para que soluciones como el 5G y el WIFI-6 cuenten con una mayor cobertura y habiliten la colección y acceso remoto a datos y al control de aplicaciones y equipos.
“A través de la superación de dichas barreras, el sector manufactura podrá sentar las bases de una transformación más acelerada que le permita diferenciarse y evolucionar para servir mejor a sus clientes, lograr una colaboración óptima con sus proveedores, además de generar más valor en los ecosistemas en los que participa y en la sociedad. En este informe, se presentan distintas soluciones que habilitan la Transformación Digital para los diferentes eslabones de la cadena de valor, así como los beneficios implícitos de la aplicación de dichas soluciones en el sector”, concluye el estudio.

NECESIDADES Y RETOS CLAVES PARA LAS ORGANIZACIONES
- Incrementar la productividad y asegurar la continuidad operativa
Este factor es especialmente relevante en entornos volátiles como los que actualmente experimenta el sector, e involucra integrar tecnología que permita mejorar el rendimiento de los procesos y orientarlos hacia enfoques en los que se aplique la automatización inteligente de forma selectiva para integrar operaciones híbridas máquina-sistema-humano.
- Aumentar la eficiencia
Además de la automatización de actividades, se requiere buscar soluciones que simplifiquen los procesos y los orienten hacia la optimización del consumo energético y de recursos.
- Mejorar trazabilidad y reducir riesgos operativos y de mercado
Encontrar soluciones para la trazabilidad del flujo y consumo de energía, materiales y productos a lo largo de las cadenas de valor es un tema que, además de servir para optimizar, inserta certidumbre y habilita la reducción de riesgos, necesario para el entorno regulatorio.
- Mejorar la capacidad de respuesta de la cadena de valor
Elementos no controlados como los conflictos armados, las fricciones comerciales y la propia escasez de recursos humanos y materiales hacen que cobre mayor importancia contar con herramientas que permitan planificar la operación en su totalidad, así como colaborar con clientes, proveedores y gobiernos para establecer sistemas para compartir información.
- Adaptarse a nuevos enfoques de gestión de talento
La mayor parte de las grandes empresas del sector deben cambiar gradualmente el enfoque de gestión hacia métodos más colaborativos e inclusivos en los que el conocimiento y la experiencia son apenas un componente.
- Incorporar metas ambientales en la operación
La Transformación Digital y sus soluciones también deberán estar enfocadas en habilitar la medición de las metas definidas para que cada organización logre monitorear mejor su huella ambiental y su orientación a prácticas de gobierno que aseguren enfoques menos contaminantes y más inclusivos de colectivos subrepresentados.
- Falta de cultura y talento digital en el mercado
Las empresas, además de transformarse, deben hacerlo a la vez que encuentran mejores formas para atraer, retener, recapacitar e incluso formar su propio talento en entornos cada vez más remotos, o híbridos.
- Complejidad tecnológica y necesidad de soluciones a la medida
La inclusión de nuevas herramientas y tecnologías puede decantar en procesos de decisión en los que, además del dilema tecnológico, las organizaciones y sus ejecutivos deben reconocer ajustes sobre decisiones pasadas. El proceso de selección de herramientas es un proceso intensivo en recursos y las herramientas no siempre logran el nivel de personalización deseado para adaptarse a una organización y su arquitectura tecnológica.
- Entendimiento y medición del valor de la transformación para justificar la inversión
Asignar valor a un cambio en la forma de operar no es trivial. Sobre todo, cuando se utilizan métodos tradicionales de costo-beneficio que no consideran variables cualitativas o el costo de oportunidad resultante de no transformarse y que otros sí lo hagan. Es importante que los casos de negocio cuenten con la capacidad de abordarse bajo escenarios de innovación y no solo bajo escenarios de continuidad operativa.