Joanna Prieto, coCEO y cofundadora de Geek Girls Latam: “La tecnología me saca de la pobreza; soy una convencida de que el empoderamiento empieza por el bolsillo”

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Prieto es una de las pioneras en la lucha por la inclusión de la mujer en la digitalización de las empresas de América Latina. A partir de los grandes obstáculos que tuvo que sortear en su vida, cocreó Geek Girls Latam, una organización influyente en la región y que busca cerrar las brechas que las mujeres enfrentan a diario.

Joanna Prieto creció en el barrio Casa Blanca, en la localidad de Kennedy, un sector popular de más de un millón de habitantes al sur de Bogotá. Es la menor de cuatros hermanos de una familia de tradición militar, y a los 17 años quedó embarazada por primera vez, poco antes de empezar a estudiar la carrera de Lenguas Modernas, en la Universidad EAN.

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Si ser madre soltera adolescente, en un hogar militar, y en un sector de escasos recursos de Bogotá ya es muy difícil, Joanna Prieto lo supo complicar aún más: “Volví a meter la pata a mitad de la carrera”, confiesa, “embarazada por segunda vez”. Y casi al mismo tiempo, una lesión causada en su bicicleta la obligó a mantener una convalecencia de meses, lo que significó no asistir a clases, el refugio que había encontrado en su compleja realidad.

Para seguir cumpliendo con sus labores, negoció con la universidad para enviar sus deberes a través de un correo electrónico de Gmail que acababa de abrir. Era el año 2000, apenas se empezaba a utilizar el correo electrónico y todavía nadie hablaba de universidad virtual, de educación virtual o de e-learning.

Joanna Prieto logró terminar el semestre y se dio cuenta, por primera vez, del alcance de las redes para cambiar el mundo.

“Había poder en unir educación y tecnología para ayudar a aquellas personas, como yo, que por las circunstancias que fuera, no podían estudiar bajo el modelo tradicional. Esto es lo que me motiva a empezar a trabajar mis artículos en la universidad, los ensayos que hacía; todo por lo que empecé a trabajar, todo, estaba orientado al uso de la tecnología para potenciar procesos de educación; y después en el cierre de las brechas, porque esa era mi vida: yo era una estudiante con dos hijos pequeños que estaba haciendo todo lo posible por seguir estudiando y trabajar”, explica a Tekios.

A pesar de que sus circunstancias parecerían condenatorias en un país como Colombia, “que abandona al que se equivoca”, asegura Joanna Prieto, fue becada desde el primer semestre y se graduó con honores, con los promedios más altos de su universidad, lo que la llevó a aceptar una beca para estudiar una maestría en Dirección de Comunicaciónes en la EAE Business School, en Barcelona, después de haber rechazado un primer ofrecimiento para no alejarse de sus hijos.

En España, Joanna se convierte en una madre digital para mantener el contacto con sus hijos. Ahí empieza su faceta como bloguera e influenciadora y se comienza a gestar la creación de Geek Girls Latam, al ver cómo la tecnología podía ayudar a cerrar las brechas que había encontrado en su propia vida. Su paso por el sector público, en su regreso a Colombia, después de la maestría, reafirmaría aún más esa convicción.

En 2011, Prieto cocrea Geek Girls Latam, al inicio como una organización activista a favor de la participación de las mujeres en la digitalización. Y en 2016 pivotea junto con su socia Diana Salazar hacia una organización que hoy en día ayuda a miles de niñas en la región a crearse un espacio en el rol de transformar digitalmente a Latinoamérica.

¿En esa convalecencia se despierta tu faceta de activista?

-Sobre todo de propósito. Hace match total el hecho de que yo sigo estudiando, sigo avanzando y me gradúo con honores, con los promedios más altos de la universidad. No sólo fue el hecho de la iniciativa de decirle a la universidad “negociemos”, para seguir estudiando, sino también la respuesta de esos terceros que dicen “vamos a intentarlo, vamos a innovar, vamos a ver qué se puede hacer, utilicemos la tecnología”.

Desde entonces empiezo a visionar la posibilidad de una transformación social pensando en el contexto de las miles de madres adolescentes que hay en el país. Hace 26 años, el número era mucho mayor que lo que es hoy.

Algo que reafirmas en España, ¿correcto?

-Así es. Es durante el boom de los blogs, el boom de muchas cosas que habían empezado a mediados de los 90. Entonces, empiezo a unir puntos, como diría Steve Jobs, que dice que los puntos se conectan hacia atrás; yo me gradúo de la universidad, comienzo a trabajar como traductora y me dan por primera vez una beca para hacer la maestría en España, pero mis hijos estaban muy pequeños y no la tomo. Sin embargo, dos años después me la ofrecen de nuevo. La tomo y ese es el segundo hito: me dan la maestría, pero yo no me puedo ir con mis hijos a estudiar fuera del país, es demasiado costoso. Como no podía ser mamá presente, me convierto en mamá digital apenas existe Messenger, de Microsoft. Con el cambio de horario, siete horas de diferencia, me alcanzaba la madrugada para ayudar a mis hijos a hacer tareas por Messenger y algo de Skype.

Al mismo tiempo, en Barcelona, que es donde estudio, existía el Cibernarium, un centro de tecnología donde se podía ir a estudiar de manera gratuita. Yo salía de clases y me iba para allá a aprender de todo. Aprendí Joomla, que son gestores de contenido; aprendí a trabajar con Learning Management System (LMS); aprendí a crear blogs, a hacer páginas web; a utilizar las redes que ya eran un boom en España, aunque en Colombia no. Eso me involucra más con el tema de tecnología, de educación y empiezo a compartir lo que aprendía, creando mi blog que en ese entonces era aulajoannaprieto.blogspot.com, lo que es hoy joannaprieto.com, y comienza a tener una repercusión porque no habían mayores influenciadores que hablasen de educación y tecnología, mezclado con comunicación.

¿Qué temas cubrías en ese primer blog y cómo se ha desarrollado hasta hoy?

-Mi primer artículo fue un artículo de comunicación, luego uno de Social Media, así el blog empieza a tener esa mezcla de educación, tecnología y comunicación. Desde ahí se empieza a hacer mucho más visible e influyente, también por haber estado con Telefónica. Entre el año 2010 y 2012 cambia el tono del sitio y se vuelve más humanista. Y por eso es que hoy en día me siento como una humanista digital.

¿Qué quieres decir con humanismo digital?

-Es esta convergencia y equilibrio que debe existir entre la evolución del ser humano, de su desarrollo personal interno, con la tecnología y el mundo que estamos viviendo tan convulsionado y movilizado por la existencia de la transformación tecnológica.

En 2011, 2012, empezaban a permear las redes sociales y el mal uso o abuso de ellas. Las redes sociales fueron para muchos la primera incursión de la tecnología en nuestras vidas, y ahí es donde empiezo a reflexionar. Hoy en día ya vemos otras tecnologías que hacen mella, pero en su momento fueron las redes y por eso empiezo a hablar de Social Media en la educación para profesores, en el aula, para familias. Muy desde la línea de la reflexión del humanista.

El edtech apenas nacía.

-Así es. Con toda la evolución tecnológica que había en esos años, profundizo mucho más sobre las humanidades digitales porque un educador (he sido docente desde hace mucho) nunca va a dejar de cuestionarse cuál puede ser su mejor rol en el aula para tener más impacto en la vida del estudiante. Mi reflexión siempre ha sido cómo lo inspiro. En ese proceso hago mi programa de coaching y empiezo a trabajarlo desde el punto de vista del desarrollo humano y después desde la neurociencia. Cada día reviso qué es lo que más está impactando y profundizo en eso.

BANDERA ACTIVISTA

¿Cómo se da esa transición de influencer a crear un colectivo activista como Geek Girls?

-Cuando regreso a Colombia empiezo a participar en eventos de tecnología donde no había muchas mujeres. Telefónica, en España, me nombra como su insider para todos los eventos que había de tecnología y educación, y comienzo a moverme con ellos en esa área y a andar por los Campus Parties.

Entre el 2009 y el 2010, se crea la Brigada Digital en el Ministerio TIC (de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Colombia), que toma a algunos activistas digitales en ciertas áreas para impulsar, a través de redes sociales, los aportes para ayudar a quienes lo perdieron todo a causa de un invierno terrible en Colombia.

Diego Molano, Ministro en esa época, pone un trino llamando a la acción donde pregunta: ¿dónde están las geek girls en Colombia? A mí me queda sonando esa expresión, pero desde una connotación de las mujeres en el mundo de la tecnología. Es en ese momento cuando en Colombia se comienza a hablar de las mujeres en el mundo de la tecnología y con unas compañeras lo asumimos. Geek Girls es la pionera de la conversación, es la pionera del movimiento en Colombia y también en América Latina; posteriormente se convierte en una organización civil. Así nace como movimiento, así llega mi conciencia de lo que pasaba.

¿Ese activismo digital dices que empieza en Colombia antes que en el resto de América Latina?

-Yo me atrevería a decir que Colombia fue pionera en el tema de activismo digital. Creo que por el mismo contexto de país que tenemos.

¿Cuánto tiempo dura esa temporada de activismo?

-Seis años, de 2010 a 2016. Para mí, que soy tan académica, fue un tiempo para leer mucho sobre el tema de las brechas, que había muy poco. Fue un tiempo para escuchar a los empresarios y a otras mujeres.

Aunque yo no soy ingeniera descubrí cómo la tecnología transformó mi vida; yo era una joven adolescente madre soltera en un contexto adverso, salí de Casa Blanca en Kennedy de un colegio de la EDIS (antigua empresa pública recolectora de la basura de Bogotá). Crezco en un ambiente, no voy a decir de pobreza, porque no me gusta mencionarlo de esa manera, pero sí en un contexto en el que lo que veo es pobreza y violencia, lo que todo joven podía encontrar en Bogotá, al sur de la ciudad, hace 25 años.

Y empiezo a salir de mi círculo tradicional cuando involucro temas de educación y tecnología en mi vida. Yo sabía que tenía que terminar la universidad porque a mí la educación me iba a dar. Y cuando trabajo con el tema de la tecnología, me da visibilidad, y la visibilidad me da un reconocimiento y expone mi talento y me empieza a llegar más trabajo. Literalmente la tecnología me saca del círculo de pobreza del que yo venía, porque soy una convencida de que el empoderamiento empieza por el bolsillo. Si queremos que la gente salga de donde está, ayúdale a salir desde el bolsillo, dale con que tenga para comer y para eso hay que cambiar las condiciones.

-Así como la tecnología cambió tus condiciones.

-Yo tuve todas las condiciones adversas y me las salté; fue porque dios me dio propósito. Pero imagínate el escenario en el que un estudiante o una joven adolescente queda embarazada: ¿hay un sistema escolar que la ayude y la impulse? O, por el contrario, ¿la termina de señalar y la expulsa del colegio? ¿Hay un sistema universitario que le ayude por lo menos con la guardería? ¿Hay un sistema empresarial o un mercado laboral que soporte a las mujeres que se convierten en madres solteras? ¿Cómo podemos hacer que ellas sigan trabajando, porque ese trabajo va a tener un impacto directo en sus hijos, y por lo tanto en la sociedad? Ahí hay una falla enorme del sistema. Hoy en día ya no romantizo el sacrificio y la lucha. Antes sí me creía Superwoman, pero lo Superwoman me pasó factura.

Al analizar el tema de las condiciones favorables, me dije: ¿cómo le puedo ayudar a otras mujeres a hacerlo? Para mí fueron tres elementos: educación, tecnología, y el desarrollo personal.

TOMAR ACCIÓN

Pivoteas hacia algo más que el activismo.

-Más allá de ser un grupo activista, como nace Geek Girls, decidimos dar un paso, y pasar de la queja a la acción. Es cuando nos constituimos jurídicamente como una corporación. Pasamos de hacer comunidad a ser empresa en 2016.

¿Qué empezó a ofrecer Geek Girls como empresa?

-La Academia Geek Girls Latam empieza a trabajar con el tema de competencias digitales y competencias de tecnología, mirando hacia las necesidades que había en su momento en el sector empresarial.

-¿Cómo fue la recepción por parte del sector empresarial?

-Yo me sentaba con los empresarios y les decía que necesitábamos formar talento digital, y que fueran mujeres, porque estábamos matando dos pájaros de un tiro: conseguir talento que se necesitaba y ayudar a reducir los círculos de pobreza. Les contaba mi historia.

“Ese no es mi problema”, me decían muchos empresarios, que si necesitaban un ingeniero, un desarrollador, les daba igual si era hombre o si era mujer. Pero yo seguí aferrada a mi intuición, sabía que el camino era por ahí y no era el de simplemente formar desarrolladores por formar desarrolladores. Así como me importó mi desarrollo personal y que fue clave para salir de ahí, teníamos que ofrecer esa herramienta a otras mujeres, y más si estaban en condiciones de vulnerabilidad.

El modelo “inspira, empodera, conecta” parte justamente para ayudar a las personas, y específicamente a las mujeres a trabajar desde el desarrollo personal. El modelo desde el ser para el quehacer es el modelo de Geek Girls. Si yo no impacto a la persona, difícilmente se le va a ayudar a construir el edificio hacia arriba en el quehacer, en lo que ella quiera: ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas… lo que sea.

¿Cómo se siguió desarrollando Geek Girls Latam a partir de esos hallazgos?

-Ayudaron a integrar el portafolio de los productos de educación que forma Geek Girls, que son fruto de la experiencia, de lo que me pasó a mí y a otras mujeres dentro de la organización. Fue cristalizar un proyecto que está atendiendo las oportunidades y las condiciones favorables, y por eso hablamos de un enfoque sistémico. De esa manera abordamos las conversaciones con los padres, con los profesores.

En 2017 firmamos el Manifiesto de la Mujer en Ciencia y Tecnología, y llamamos al sector público, al sector privado, a la academia, a otras organizaciones y a los medios de comunicación. Nos sentamos y se les mostramos el escenario, una perspectiva sistémica en el que todos tenemos una corresponsabilidad.

NI UN PESO DEL SECTOR PÚBLICO

¿Cómo ha hecho Geek Girls Latam para entrar en las regiones de Colombia?

-Desde el primer evento que hicimos, hace 12 años, decidimos empezar a hacer streaming por Facebook, por Twitter, etcétera, y resulta que al otro día nos empiezan a llegar mensajes desde muchas ciudades del país y hasta de otros países, como El Salvador.

Ese mismo año (2016) empiezo yo a recorrer el país y llegamos a crear 14 nodos o capítulos en Colombia ese año. Nos sentábamos con otras organizaciones, universidades y les preguntaba yo a los profesores: “¿Cuántos estudiantes tienes en tu clase de sistemas? ¿Cuántas en tu clase de química?”. Y empiezo a hacer un estudio de campo sin saberlo, y estábamos peor de lo que pensábamos. Es entonces que decidimos hacer el manifiesto que te comentaba. Se vuelve esto un movimiento que pasa fronteras. Arranca El Salvador, luego Perú, Honduras, Panamá y empieza a crecer esto. Llegaron también los reconocimientos. Soy la primera colombiana que recibe la medalla al Orden al mérito Policarpa Salavarrieta, soy el acta 001 en recibir justamente como mujer, en STEAM, un reconocimiento por parte del Congreso de la República.

¿Pero han tenido algún apoyo del sector público en estos años?

-A la fecha, Geek Girls no ha tenido un sólo peso del sector público en su trabajo. Este año nos nominaron al Premio de Liderazgo Digital y a Liderazgo Femenino como pioneras en todo este tema, pero de lo otro, nada.

Yo siempre he creído que el sector público es el que tiene la posibilidad de hacer las grandes transformaciones a través de la política pública, por eso también estuve en el equipo de la alcaldía de Bogotá, en 2021 y 2022, pero rápidamente me di cuenta de lo paquidérmico que es mover el tema desde lo público.

Es triste, pero al día de hoy no hemos logrado movilizar acciones concretas. Mi misión como CEO de la organización fue girar un poco hacia la cooperación internacional, y ahí sí que tuvimos mayor eco. Geek Girls se financia de esta cooperación.

-¿Para dónde crees que irá Geek Girls en los próximos cinco años?

-Seguiremos creciendo en cooperación internacional. Vamos a ampliar nuestra presencia en América Latina, porque hoy estamos con estudiantes en más de 20 países. No estamos tan enfocadas al impacto de grandes plataformas, porque muchas veces cuando eso pasa se sacrifica al humano y justamente es ahí donde nació nuestro ADN, el gran diferencial de Geek Girls: lo humanista.

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Cofundador de Tekios, es ingeniero industrial y periodista. Tras una larga experiencia en México y en Colombia en los sectores financiero, manufacturero e inmobiliario, hace más de una década publica en diferentes medios de América Latina: Milenio, El Universal, Expansión, Chilango, Animal Político (México); CNN y Esquire (Latam); Clarín (Argentina); Semana, Cromos (Colombia). Fue corresponsal de AméricaEconomía en México. Su continua búsqueda de historias originales y trascendentes dentro del periodismo de economía y negocios, lo llevaron al encuentro con las tecnologías disruptivas y su gran poder transformador para la región.