Por Cristián Cabezas, Solutions Director en NTT Chile.
Experimentamos tiempos de grandes disrupciones tecnológicas y con eso, sin duda, estamos llamados a tomar posturas frente a cambios que queremos propiciar para las futuras generaciones. En ese contexto, aunque la inteligencia artificial (IA) ha estado presente en nuestra conciencia desde hace larga data, a través de películas, literatura y cultura popular, para muchos se mantenía como algo lejano.
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Como sociedad hoy transitamos por una época que recuerda al boom del internet. Con diferencias y similitudes, existen dos grandes verdades que aplican tanto al internet como la IA. Por un lado, el impacto de ambos en nuestras vidas es innegable; por otro, no es algo que podamos detener.
Por esa velocidad imparable es que cientos de expertos alrededor del globo han levantado una alerta y han pedido que se aplique una pausa momentánea al desarrollo de la IA para consensuar parámetros de su uso y alcances, todavía hay desconocimiento sobre sus impactos. Hoy solo intuimos parte de lo que podrían ser sus ámbitos de influencia.
Sin embargo, en los tiempos de incertidumbre de la actualidad, ya sea por factores económicos, sociales y geopolíticos, la IA puede ser un aliado que apalanque startups y emprendedores, ayudándoles a innovar, sacudiendo el status quo y que efectivamente se avance en temáticas centrales que afectan a distintas poblaciones alrededor del mundo. Para lograrlo, la IA debe ser inteligente, y aquello exige demora, tomarnos muy en serio las bases que sentamos para el futuro. De lo contrario, como dicen los expertos estadounidenses, “garbage in, garbage out”. En otras palabras, la calidad de lo que obtengamos de la IA a futuro depende de los insumos que le proporcionamos y las bases que sentamos hoy… Aprovechemos el impulso del momento para hacer lo correcto.
Al igual que sectores como el de la salud o el farmacéutico, la industria de la tecnología no puede estar exenta de sus propios mecanismos de revisión antes de socializarse en la sociedad. Aun siendo muy elemental, ya sabemos los eventuales efectos negativos que ha tenido la IA en los algoritmos implementados en redes sociales, por ejemplo, sobre todo en la salud mental de las personas o del efecto polarizador cuando se la vincula con temáticas de carácter político. Por eso quienes nos despeñamos en el sector tecnológico bien sabemos que solo unidos podremos lograr que esta tremenda herramienta, la IA, pueda instalarse como tech for good. La clave es la unión.