Unión Europea avanza hacia la elaboración de las primeras normas de la historia para la inteligencia artificial

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Se buscará garantizar que los sistemas de IA estén supervisados por personas, que sean transparentes, que eviten la discriminación y que, incluso, sean respetuosos con el medio ambiente.

El Comité de Mercado Interior y el de Libertades Civiles de la Unión Europea (UE) aprobó un proyecto de mandato de negociación para las primeras normas de la historia para la Inteligencia Artificial (IA), en el que se redefinen y armonizan las pautas incluidas en el texto ya existente del reglamento europeo sobre IA, incluyendo nuevas enmiendas con normas de transparencia y gestión de riesgo para los sistemas de la IA.

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La aprobación de este proyecto de mandato de negociación ha tenido lugar en el marco del IA Act, que se ha celebrado este jueves, y que desde el Parlamento de la Unión Europea entienden que, una vez se apruebe, será el primer conjunto de leyes dedicadas a la regulación de la Inteligencia Artificial. Así, el proyecto de mandato ha salido adelante con 84 votos a favor, 7 en contra y 12 abstenciones. Además, los miembros del Parlamento Europeo también han aprobado algunas enmiendas que incluyen las propuestas que desean incluir en la posible Ley sobre IA, que fue planteada por la Comisión en el año 2021.

Se busca garantizar que los sistemas de IA estén supervisados por personas, que sean transparentes, que eviten la discriminación y que, incluso, sean respetuosos con el medio ambiente.

En general, según explica el Parlamento Europeo en un comunicado en su web, las normas del texto establecen obligaciones tanto para proveedores como para usuarios, en función del nivel de riesgo que pueda generar la IA en determinadas situaciones. En base a ello, si se determina que el sistema de IA tiene un nivel “inaceptable” de riesgo para la seguridad de las personas, este queda “estrictamente prohibido”.

Es decir, según se especifica con estos parámetros, quedarían prohibidos sistemas de IA que utilicen técnicas subliminales, que lleven a cabo manipulación intencionada o que exploten vulnerabilidades de las personas. También quedarían prohibidos aquellos sistemas que se utilicen para el ‘scoring’ social, esto es, una clasificación de las personas en función de su comportamiento social o su estatus socioeconómico.

Siguiendo esta línea, las enmiendas de los miembros del Parlamento también incluyen algunas prohibiciones respecto a la tecnología del reconocimiento facial. En concreto, se prohíben sistemas de identificación biométrica remota en tiempo real en espacios de acceso público. Con ello se pretende evitar que, por ejemplo, se puedan utilizar cámaras de seguridad para recoger datos de reconocimiento facial.

Asimismo, también se prohíbe el uso de esta tecnología para categorizar a las personas con características sensibles como el sexo, la raza, la religión o la orientación política. Lo mismo ocurre con el uso de los sistemas de reconocimiento de emociones en las fuerzas del orden, la gestión de fronteras, el lugar de trabajo o las instituciones educativas.

Continuando con las fuerzas del orden, se prohíbe el uso de sistemas de IA para desarrollar sistemas policiales predictivos, que basan sus conocimientos de perfiles, localización o comportamientos delictivos anteriores de un usuario para predecir si volverá a cometer un acto ilegal.

Estas enmiendas también recogen la protección de los daños a la salud, la seguridad, los derechos fundamentales o el medio ambiente como áreas de alto riesgo a la hora de utilizar sistemas de IA. Por ejemplo, se hace referencia a los daños de derechos fundamentales que hacen los sistemas de IA para influir en votantes en las campañas políticas.

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