Conversamos con Antonio Mañas de Orduña, cofundador de wecity, un crowdfunding inmobiliario, durante su paso por México, un aterrizaje que buscaba conectar con inversionistas latinoamericanos que quieren invertir en el mercado inmobiliario europeo.
Antonio Mañas es arquitecto y mercadólogo. Después de trabajar en esas dos industrias, la creación de wecity se dio de manera orgánica.
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“Después de 10 años compaginando la arquitectura con la agencia digital nos dimos cuenta de que el mercado inmobiliario es un mundo lento y poco sofisticado, y que la tecnología era lo que venía. Así que aplicamos una capa tecnológica al mundo del real estate donde convergieran mis verdaderas pasiones: todo lo relacionado con lo inmobiliario, la arquitectura y el marketing digital”, recuerda el emprendedor.
En tan solo dos años, wecity se convirtió en el segundo crowdfunding inmobiliario de España, con inversiones en los ámbitos de la vivienda, el retail y la logística, a través de la alianza con sponsor-promotores que impulsan proyectos orientados a la renta o a la plusvalía.
Conversamos con Mañas durante su paso por Ciudad de México sobre la diferenciación de wecity con sus competidores; del crecimiento general del proptech de manera global (y del crowdfunding, de manera específica); y de la relación España-América Latina.
–Hace algún tiempo se decía que el crowdfunding inmobiliario no era tan escalable, sin embargo, siguen apareciendo y creciendo iniciativas como wecity.
-No es tan escalable como los grandes unicornios tecnológicos, pero en nuestro caso sí es escalable gracias a que nosotros aplicamos una capa anterior de análisis de big data. Al final, hoy por hoy, todos los activos inmobiliarios están monitorizados y nos permiten descartar de una manera inicial aquellos que nos harían perder tiempo. Ese primer análisis, que es el más manual, ya no es una barrera. Luego entramos en el activo para analizarlo, lo escalamos en un análisis interno y externo de compañías que nos ayudan a analizar cómo puede ser ese activo. Por eso trabajamos siempre con compañías internacionales que nos ayuden en el rating inmobiliario.
Ese es el único punto o cuello de botella por el que alguien puede decir que no es tan escalable. Lo que es absolutamente escalable, y no hay dudas, es el financiamiento de las oportunidades, ya que cualquier persona, desde cualquier parte del mundo, puede financiar oportunidades en menos de una hora, más de más de cuatro o cinco millones de euros. Es un producto escalable desde el momento en que se tiene bien hecho el análisis; ahí es donde hay que poner el énfasis, apoyados en la tecnología. Con trabajo interno y externo. Entonces, claro que hay capacidad de que esto sea escalable.
–El 2022 fue un gran año para todo el sector proptech, por encima de lo que se pronosticaba, y a pesar de la reducción en inversión que vivieron todos los ecosistemas digitales. ¿Crees que es una tendencia que se va a mantener?
-Estamos hablando de los dos mayores mercados del mundo: el mercado de la deuda y el mercado del real estate. Si a esos mercados les pones la capa tecnológica para que se hablen perfectamente, y además que se puedan operar desde todas las partes del mundo, todo indica que todavía quedan años muy fértiles de crecimiento.

LA TORTA A CACHITOS
–En los últimos años han aparecido varios crowdfundings inmobiliarios en América Latina, después de sortear muchos obstáculos regulatorios. ¿Cómo los ves desde España? ¿Qué diferencias encuentras con lo que está haciendo wecity?
-Nuestra vocación es altamente tecnológica. Es decir, un crowdfunding puede simplificarse en ser un marketplace que una al cliente con el inversor. Nosotros creemos que ese es el primer paso, pero que a partir de ahí aparecen muchas capas de valor.
Nosotros estamos muy centrados en el análisis del dato, en cómo las nuevas tecnologías nos ayudan a depurar los procesos, con lo cual nos queremos convertir en un crowdfunding donde el dato sea casi que la parte central del proyecto.
Estamos metiendo nuevas tecnologías como blockchain para la certificación de todos los contratos; estamos trabajando con NFT para poderlo llevar a un mercado secundario. Y con todas aquellas capas de valor que al ser pequeños nos permiten ser más ágiles que lo que podría ser un banco.
–¿Han pensado en ampliar la participación en América Latina y no solamente buscar inversionistas? Financiar proyectos, por ejemplo.
-De momento nos tenemos que comer la torta a cachitos. El deseo es ser una compañía global, es decir, poder operar en todas las partes del mundo, pero yo creo que lo más importante es empezar en aquellos sitios donde conocemos las realidades locales del real estate.
El real estate no es un activo que se pueda desarrollar sin conocerlo. Siempre tendríamos que ir con acompañamiento local, porque la idiosincrasia propia del real estate en cada país es distinta, con lo cual sería muy atrevido de nuestra parte pensar que vamos a ser más listos que el propio mercado local. Nos encantaría desarrollarnos, pero siempre con asociaciones, nunca creyéndonos más listos que el propio mercado.
–En América Latina, las startups se expanden principalmente a Estados Unidos cuando se siente preparadas. Europa es un paso posterior. Pero esto parece estar cambiando. ¿Crees que hay una tendencia ahora de dar el salto a España?
-España, por su cultura y por su historia, es el camino natural (de las startups latinoamericanas) para entrar en Europa.
Toda la vida América Latina se ha apoyado en Estados Unidos por la cercanía. Es una economía fuerte, una economía en la que el dólar ha acompañado siempre. Incluso muchos países están dolarizados, con lo cual era la tendencia natural.
¿Qué pasa con esta nueva apertura? Estamos solucionando un problema de diversificación, es decir, el dólar puedo tener cierta fluctuación y muchos piensan en llevar parte del capital al euro. Y se entra por el camino más fácil. Camino cultural, camino de idioma, camino de nuevas tecnologías. España es probablemente uno de los países de la Unión Europea con mejor bagaje tecnológico, con lo cual, es muy fácil entrar en Europa a través de España, y es ahí donde nosotros queremos ocupar una posición importante.
–Ante ese nuevo panorama, ¿como pinta wecity?
-wecity, en 5 años, estará resolviendo el problema del ahorro en dos o tres continentes. Y te digo tres continentes porque creo que no debemos olvidar nunca la pujanza de Asia. En 5 años nos vemos financiando los proyectos inmobiliarios más icónicos en varios continentes
INVERTIR EN EUROS
–Después de esta visita a México, ¿cómo fueron los resultados en cuanto a los inversionistas?
-Hay muchísimo interés desde América Latina, concretamente desde México. Estamos solucionando un problema al ahorrador latinoamericano que, a través de nuestra plataforma tecnológica, pueda invertir en euros a un interés entre el 9 % y el 12%, con un colateral inmobiliario, a un solo clic y con una barrera de entrada muy baja, apenas unos 500 euros.
–¿Qué seguridad tiene un inversionista de que no va a perder su dinero?
-Nuestra plataforma nunca tiene el dinero de los inversores, siempre está en una cuenta escrow (cuenta de depósitos en garantía) con un banco. Si el proyecto que escogió el inversionista no llegase a término, no llegase a financiarse, el inversor nunca perdería el dinero, ya que está en una cuenta que es suya. Eso le da mucha tranquilidad al que quiera adentrarse al mundo del crowdfunding inmobiliario, con colateral inmobiliario en Madrid, sobre todo.
–¿Cómo ha sido la respuesta hasta ahora de esos inversionistas?
-Cada vez están invirtiendo más; cada vez están más seguros con la plataforma. Nuestro crecimiento es orgánico, siempre de boca a boca, con lo cual la estabilidad en este aspecto está garantizada.
-Tienen ya 32 millones de inversión en dos años. ¿Qué porcentaje por fuera de España?
-Un 10%, un volumen muy significativo para nosotros. En los próximos tres años queremos estar recaudando 300 millones de euros, 20% desde afuera de España.
–Hay varios obstáculos regulatorios para este tipo de inversiones. ¿No aumentan estos obstáculos regulatorios cuando se invierte desde afuera?
-El único obstáculo regulatorio que hay desde fuera es que cumplan el blanqueo de capitales y que la inversión se realice a través del medio digital. Lo principal en este aspecto es la fiscalidad. Nosotros dentro de la plataforma, dependiendo del país de origen en el que se hace la inversión, tenemos la capacidad de devolverle al inversor todo su tratamiento fiscal y lo ponemos en su área privada para que no tenga ningún problema con su posterior tributación. Dependiendo del país en el que se invierta hay un tipo de retención u otra. Y esto nosotros lo coordinamos con el promotor inmobiliario para que quede todo perfectamente definido.
–Que un crowdfunding busque inversionistas en otros países no es lo más normal. ¿Qué diferencia a wecity de las otras empresas de este tipo en España?
-wecity es la segunda plataforma que más fondos recauda en España y nos diferenciamos claramente de la primera porque nosotros tenemos licencia para hacer equity como lending en dinero, y para participar en el plan de negocios como en el préstamo. Estamos autorizados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, por el Banco de España y por un organismo europeo que es supervisor también.
Nosotros hemos optado, en estos dos últimos años, por escorar el barco hacia el préstamo con garantía hipotecaria, es decir, dar aparentemente menos rentabilidad, porque con el 9 y el 12 nos sentimos cómodos. Sin embargo, el inversor queda en un marco de riesgo infinitamente menor. Nos adelantamos a un ciclo. Por la experiencia inmobiliaria de los fundadores entendíamos que apostar al plan de negocios podía tener sus riesgos.
Todo el entorno macro ha afectado claramente a todos los planes de negocio. Nosotros nos hemos sentido mucho más cómodos con el préstamo, con garantía hipotecaria.
–Como se han financiado. ¿Piensan pasar por rondas de financiamiento?
-Somos fundadores que vienen del real estate y por encima le ponemos una capa tecnológica y no al revés. No somos tecnológicos que ponen edificios en un escaparate. El análisis de la oportunidad es lo verdaderamente significativo y fundamental.
Arrancamos el proyecto tres socios con mucha experiencia e hicimos una ronda de las Tres Efes, Friends Fools and Family. Posteriormente, valoramos si salir a buscar financiación cuando vimos el ecosistema en el que estábamos moviéndonos; decidimos acudir a los propios socios para preservar las posiciones, ya que parecía que el mercado estaba siendo muy fértil. Siendo una startup de tan poco tiempo, el año pasado ya dimos un resultado positivo, y es una buenísima noticia.
–¿Están satisfechos con el crecimiento?
-Más que satisfechos. El plan de negocios original estimaba que para la fecha íbamos a tener un volumen entre 15 y 20 millones de euros, y estamos en 32.