Servicios financieros y tecnología, la dupla que puede ayudar a la población de bajos ingresos ante el cambio climático

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Esta es una de las conclusiones de la publicación “Finanzas verdes inclusivas” del Centro para la Inclusión Financiera (CFI), un marco de referencia para determinar cuáles son los caminos que tienen los servicios financieros para hacer frente al cambio climático y su impacto en los más vulnerables.

El Centro para la Inclusión Financiera (CFI), creado por Acción en 2008 (“organización que buscar empoderar a las familias, las pequeñas empresas y las comunidades ignoradas por el sistema financiero global”), en asociación con algunos actores de la industria, presentó la publicación “Finanzas verdes inclusivas”, de los autores Howard Miller, Lakshmi Krishnan y Lucciana Alvarez Ruiz, un marco de referencia para determinar cuáles son los caminos que tienen los servicios financieros para responder a los desafíos relacionados con el cambio climático.

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Es un marco holístico que pretende ofrecer una nueva forma de pensar sobre las finanzas inclusivas en el contexto del cambio climático, y que se basa en cuatro vías de impacto clave: mitigación, resiliencia, adaptación y transición. La publicación, además, ofrece 6 acciones, especialmente para el sector financiero que quiera abordar este tema.

“Este marco está destinado a ayudar al sector de inclusión financiera a comprender mejor cómo el uso de un producto o servicio financiero puede ayudar a los consumidores a responder a los riesgos y desafíos asociados con el cambio climático”, explica la publicación.

A partir de este documento, en Tekios te explicamos cuáles son estas vías de impacto para el sector financiero.

MITIGACIÓN

Esta vía de impacto se refiere al papel de los servicios financieros, en el que se encuentran varias fintechs, instituciones y programas en América Latina que apoyan entornos y ecosistemas locales mejorados para personas y comunidades vulnerables de escasos recursos, además de que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de energías renovables y actividades de conservación.

Algunos ejemplos de cómo las finanzas verdes inclusivas apoyan la mitigación y el medio ambiente incluyen los prestamos pay-as-you-go (PAYGO) para fuentes de energía renovables y pago por servicios de ecosistema, recibiendo especial atención de inversionistas y de la comunidad donadora como el Green Climate Fund, the Climate Investment Funds, y el IFC Catalyst Fund. Este modelo de negocio está permitiendo que las soluciones de energía limpia puedan ser vendidas a personas de bajos ingresos en muchas partes del mundo, a través del financiamiento al consumo integrado.

En un mundo donde 2.400 millones de personas cocinan utilizando fuego o estufas alimentadas con queroseno, biomasa o carbón, y que contaminan y contribuyen al cambio climático, los servicios financieros han ayudado a que la cocina limpia sea asequible para las poblaciones de bajos ingresos y esto pueda mitigar la contaminación del aire en interiores, asegura la publicación.

Un ejemplo exitoso en América Latina, que cita la publicación de CFI, es el de ADA, en República Dominicana, una institución de de microfinanzas que ofrecía préstamos verdes inclusivos acompañado de formación para pequeños y medianos productores agropecuarios en zonas rurales, con la finalidad de que se protegiera la biodiversidad de los ecosistemas. El proyecto financió la adquisición de equipos agrícolas que utilizan prácticas que protegen el medio ambiente, tales como el riego por goteo y plantaciones de especies arbóreas, como el banano, con manejo orgánico.

Del mismo modo, los Pagos por Servicios Ecosistémicos (PSA) son incentivos ofrecidos a los agricultores o propietarios de tierras a cambio de administrar sus tierras para proporcionarles algún tipo de servicio ecológico como la captura de carbono o la gestión de cuencas hidrográficas, y que estos puedan obtener pagos de quienes se benefician de estos servicios. En Colombia, los beneficiarios de PSA convirtieron más del 40% de su tierra ambientalmente amigable en solo 4 años.

En Costa Rica, México y en países de África se dieron resultados similares, donde los PSA redujeron la deforestación y inseguridad alimentaria. “Estas experiencias demuestran que los intermediarios financieros son clave para el cobro y distribución de pagos, sin embargo, los pagos deben ser lo suficientemente altos para compensar la transacción, implementación y costos de oportunidad incurridos por los proveedores de servicios ecosistémicos”, asegura el texto.

RESILIENCIA

Los diferentes tipos de servicios financieros son esenciales antes, durante y después de un evento meteorológico extremo relacionado con el clima. En preparación para los riesgos relacionados con el clima, la gente necesita reducir su vulnerabilidad y exposición y construir redes de seguridad, asegura la publicación.

Cuando ocurren perturbaciones climáticas, los hogares con acceso a productos y servicios financieros, incluyendo crédito, ahorros, dinero móvil, o seguros agrarios, puede suavizar el consumo y evitar la venta urgente de activos, tales como ganado o mantener los niños en la escuela.

Los seguros pueden jugar un papel clave en aumentar la resiliencia entre las personas de bajos ingresos y poblaciones vulnerables, para hacer frente a las amenazas climáticas que no son frecuentes, pero sí potencialmente catastróficas, asegura el texto de CIF.

El Seguro de Índice Meteorológico es un ejemplo de transferencia de riesgo a través del cual los agricultores pueden pagar una prima para garantizar la indemnización financiera en caso de un evento meteorológico extremo, como, por ejemplo, una temporada de lluvias muy fuertes o escasas.

Los ahorros también son un componente crítico de la resiliencia previa al shock, asegura la publicación, ya que ayudan a las personas a cubrir los costos de daños potenciales y a la reconstrucción posterior.

Asimismo, el dinero móvil puede mejorar la resiliencia a los desastres naturales, ya que reduce los costos de transacción, el tiempo y los riesgos de transferir fondos entre individuos.

Y por ultimo, y por las mismas razones, el crédito también puede aumentar la capacidad de las poblaciones vulnerables y de bajos ingresos para hacer frente con riesgos naturales y reducir la vulnerabilidad a riesgos futuros. Eso sí, aconseja la publicación, para que el uso del crédito construya resiliencia ante los shocks climáticos, debe ir a la par con prácticas con una fuerte protección al consumidor, de modo de reducir los riesgos, tanto para los prestamistas como para los proveedores.

ADAPTACIÓN

A diferencia de la resiliencia, la adaptación hace hincapié en las inversiones financieras a más largo plazo que se pueden hacer para reducir la vulnerabilidad o la exposición a ciertos riesgos. Por ejemplo, la financiación puede apoyar la diversificación y al manejo de cultivos o ganado, prácticas más adecuadas a las condiciones cambiantes; o para ayudar con inversiones en semillas tolerantes al estrés, o tecnologías de uso eficiente del agua como el riego por goteo.

En las zonas urbanas, las poblaciones de bajos ingresos pueden ser altamente vulnerables a condiciones climáticas extremas y shocks asociados con el cambio climático. Se estima que para 2050, 215 millones de personas urbanas de bajos ingresos serán expuestas a la temperatura media del verano máximas de más de 35˚C, en comparación con los 26 millones de hoy. Los servicios financieros, asegura el estudio, tienen un papel fundamental que desempeñar, en particular para respaldar los costos de inversión de nuevas tecnologías de reducción de calor.

También, asegura la publicación, donde las personas son incapaces de adaptar su actual vivienda o negocio a condiciones cambiantes, se requerirá financiamiento de vivienda para construir nuevos inmuebles, y el financiamiento para las mipymes puede ayudar a construir nuevos edificios para empresas.

TRANSICIÓN

El cambio climático y los ecosistemas deteriorados pueden cambiar fundamentalmente la capacidad de las personas para mantener su vida actual y medios de subsistencia, y algunos pueden necesitar buscar nuevas estrategias de subsistencia en conjunto.

En algunos casos, puede que ya no sea posible adaptarse a ciertas vulnerabilidades, y las personas necesitarán hacer la transición, es decir, tendrán que eliminar o alejarse del riesgo. La migración, entonces, se convierte en una posible estrategia de transición. En estos casos, los servicios financieros tendrán una papel igualmente importante.

LAS ACCIONES CLAVE

El CFI ha identificado acciones clave para impactar positivamente el medio ambiente, particularmente relevantes para los proveedores de servicios financieros que trabajan con personas de bajos ingresos y personas vulnerables, y para los formuladores de políticas públicas que buscan fomentar la inclusión financiera.  

  1. Aumentar el enfoque de la investigación en las tensiones climáticas de aparición lenta y las soluciones financieras a largo plazo.
  2. Aumentar la prioridad en los programas de resiliencia y adaptación, particularmente en países de bajos ingresos.
  3. Pasar de etiquetar productos como “verdes” a una comprensión más compleja del papel de los servicios financieros.
  4. Forjar alianzas fuera del ecosistema tradicional de inclusión financiera con organizaciones climáticas y aquellas en sectores adyacentes.
  5. Centrarse en las mujeres, los jóvenes, los grupos indígenas y otras poblaciones marginadas.
  6. Integrar el clima en un pensamiento más amplio sobre la protección del consumidor y las finanzas responsables.

Descargue aquí el documento completo.

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