11/01/2023

¿Cómo pueden los líderes empresariales aprovechar al máximo la tecnología en un 2023 para trabajar con chaleco salvavidas?

Una publicación de McKinsey reúne las principales recomendaciones de sus directivos para las empresas que buscan navegar las incertidumbres geopolíticas y económicas de 2023 que nos llevan a tener más precaución en la próxima fase de la evolución de la tecnología.
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Una publicación de McKinsey reúne importantes recomendaciones para las empresas que buscan navegar las incertidumbres geopolíticas y económicas que se anuncian para este año, un 2023 que nos obligará a tener más precaución en esta nueva fase de la evolución tecnológica.

El escenario a comienzos del 2023 parece ser muy diferente al del año pasado, cuando los NFT, las criptomonedas y el metaverso inundaban cualquier ejercicio prospectivo. Para el otoño de 2022, los mercados de NFT habían bajado un 90%, las criptomonedas habían empezado su declive vertiginoso y el metaverso no mostraba (ni muestra aún) la gran transformación prometida.

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Este 2023, según un grupo de líderes de de McKinsey, será un año más sobrio en tecnología; las incertidumbres están inyectando más cautela. «Los líderes tendrán que buscar formas de hacer más con menos, encontrar valor donde las innovaciones se superponen e invertir estratégicamente en tecnologías que están llegando a un punto de inflexión», asegura la publicación.

Estas son algunas de sus recomendaciones:

CENTRARSE EN LAS TENDENCIAS COMBINATORIAS

En 2022, la consultora estadounidense identificó 14 tendencias tecnológicas con el potencial de cambiar la forma en que trabajamos y vivimos, desde tecnologías espaciales, tecnologías limpias e inteligencia artificial hasta tecnologías de realidad inmersiva.

Para Lareina Yee, senior partner de McKinsey en California, el desafío en 2023 no será solo apostar por algunas de esas tendencias individuales o aumentar el talento en ingeniería de software, sino pensar en cómo todas esas tecnologías pueden crear nuevas posibilidades cuando se usan juntas, lo que llamaron «tendencias combinatorias». La creatividad al mezclar los ingredientes se convierte en la clave del éxito», explica la publicación.

Como ejemplo de estas tendencias combinatorias la publicación de McKinsey menciona las tecnologías en un nuevo automóvil eléctrico: computación en la nube y de borde que alimentan las redes que conectan los automóviles; IA aplicada y aprendizaje automático (ML) que permiten la toma de decisiones autónomas y la lógica de conducción; tecnologías de energía limpia y consumo sostenible que crean el núcleo de la electrificación de vehículos a través de, entre otros, nuevos compuestos livianos y avances en la capacidad de la batería; tecnologías de software de próxima generación que permiten un desarrollo más rápido de las funciones orientadas al cliente y reducen el tiempo de comercialización; y arquitecturas de confianza que garantizan el intercambio seguro de datos. Juntas, estas tecnologías combinan autonomía, conectividad, inteligencia y electrificación para permitir un nuevo futuro de movilidad terrestre”.

Otro ejemplo mencionado por la publicación de Mckinsey, más aplicable a la realidad latinoamericana, se puede ver en el sector healthtech, como en algunos de los nuevos tratamientos del paciente, basados ​​en el tipo de sangre o la orientación celular que están impulsados ​​por avances en bioingeniería, tecnologías de realidad inmersiva (como terapias remotas), Web3 (que puede ofrecen trazabilidad, interoperabilidad y permanencia de registros de salud electrónicos), IA y ML aplicados y computación en la nube y perimetral. El impacto, asegura la publicación, es multiplicativo y no solo aditivo.

LIBERAR A LOS INGENIEROS

Los despidos en el sector tecnológico y las medidas iniciales de ajuste que entrarán en vigor en la mayoría de las empresas significan que los líderes tecnológicos en 2023 deberán dominar el arte de hacer más con menos, asegura la publicación.

«Hemos visto», dice Aamer Baig, Senior Parther en Chicago, «que hay enormes cantidades de productividad disponibles al hacer que sus ingenieros hagan menos trabajo administrativo, menos trabajo burocrático, menos trabajo manual. Descubrimos que, en muchas organizaciones grandes, los ingenieros dedican tan solo el 50 por ciento de su tiempo al desarrollo real. Imagínese mejorar eso en solo 10 puntos porcentuales para una gran empresa que tiene miles de ingenieros».

Mckinsey asegura que los CIO pueden lograr avances significativos en esta brecha de productividad en 2023 al ser más científicos y metódicos en el desarrollo y la aplicación del oficio de la ingeniería.

PREPARARSE PARA LA INNOVACIÓN DESCENTRALIZADA

La idea de que las empresas con los «data sets» más grandes liderarían la innovación (como la IA) se hizo realidad en 2022. Numerosas startups creadas recientemente con productos atractivos seguirán dando de qué hablar este año entre las compañías de tecnología más grandes, asegura la consultora.

Esa realidad pronosticada por muchos se refleja en una serie de productos de IA que están generando mucho entusiasmo, como Stable Diffusion o ChatGPT, esta última, que superó el umbral de un millón de usuarios en tan solo cinco días. «Las implicaciones son enormes, desde mejorar la búsqueda hasta aumentar la productividad de los desarrolladores», asegura Vinayak HV, partner en Singapur. «Estos desarrollos representan la maduración de la «descentralización» de la IA, que se refiere al desarrollo de tecnologías avanzadas de IA que no están monopolizadas por jugadores con acceso a conjuntos de datos patentados, centralizados y masivos».

El gran desafío y oportunidad para las empresas en 2023, aseguran los ejecutivos de McKinsey, será cómo pueden posicionarse las empresas para aprovechar estas capacidades de IA descentralizadas. «Para el CIO o CTO, el enfoque deberá estar en cómo reelaborar sus arquitecturas para incorporar fácilmente las API (como las de OpenAI y Stability AI) e incorporar «inteligencia» en una franja más amplia de aplicaciones y procesos», agrega.

APROVECHAR LA OPORTUNIDAD DE SEGURIDAD

En 2022, las empresas se comprometieron a modernizar su tecnología moviéndose a la nube y repensando el rol de seguridad para que pudiera actuar como un habilitador real. En 2023, esa tendencia se acelerará, asegura Jan Shelly Brown, partner en Nueva Jersey, a medida que la seguridad en sí misma se vuelva mucho más automatizada, en parte gracias a las inversiones que los proveedores de servicios en la nube (CSP) están haciendo en sus propias capacidades y herramientas de riesgo. «El punto clave no es que la nube sea más segura; es que pasar a la nube brinda a las empresas una gran oportunidad para repensar su postura de seguridad», explica.

El otro gran cambio en cuanto a seguridad que podemos esperar, según McKinsey, está en el entorno regulatorio. A medida que industrias más fuertemente reguladas, como la banca y la farmacéutica, se trasladan a la nube, los propios reguladores se están replanteando cuáles son los puntos de presión. «Ya se están volviendo más prescriptivos sobre los estándares de seguridad y cumplimiento y están pensando en otros temas, como el riesgo de concentración significativa», dice la publicación.

TENER LA CABEZA EN LA NUBE

Muchos directores ejecutivos cambiaron su perspectiva sobre la computación en la nube en 2022 montándose en esa ola de manera mucho más consciente. La gran pregunta para 2023, según Will Forrest, partner de Mckinsey en Chicago, es ¿cómo van a aprovechar las empresas esta oleada de talento e interés de los ejecutivos en la nube cuando muchas incursiones corporativas en la nube se han limitado a simplemente mover aplicaciones de sus propios servidores a la nube (a menudo denominado «lift and shift») o a crear entornos de prueba y desarrollo para probar nuevos programas?

«Es el momento de centrarse en construir bases sólidas en la nube que permitan a las empresas aprovechar los beneficios más importantes que brinda)», concluye Forrest. «Las empresas deberán centrarse en desarrollar los patrones de aplicación correctos y en implementar sólidas capacidades económicas en la nube, llamadas FinOps».

PAGAR LA DEUDA TECNOLÓGICA

Después de la pandemia la tecnología empezó a ocupar un lugar central y permitió a las empresas realizar hazañas para mantenerse en funcionamiento innovando a un ritmo que antes parecía inimaginable.

«Lograr esas hazañas en 2022 requirió soluciones alternativas y arreglos rápidos que en muchos casos se sumaron a la deuda tecnológica existente de las organizaciones», dice Sven Blumberg, partner en Estambul. «Por ejemplo, la actualización de los ERPs puede requerir que los ingenieros realicen múltiples rondas de correcciones y pruebas para abordar las complejidades que se han acumulado en el sistema a lo largo del tiempo». Se estima que dicha deuda puede sumar entre un 20 y un 40% del valor de todo el patrimonio tecnológico de una empresa.

Pagar la deuda, dice la publicación, comienza con identificarla y calcular su costo. «Ese esfuerzo de cuantificación tiene que ocurrir a nivel de la aplicación para que sea significativo y requiere un equipo multifuncional para hacerlo porque la deuda tecnológica en una aplicación tiene efectos en el negocio y también en el rendimiento de la tecnología a nivel de infraestructura».

Una vez que una organización ha cuantificado su deuda tecnológica, debe pensar en términos de administrar la deuda tecnológica futura en todos los proyectos en el futuro agregando entre un 15 y un 20% de los recursos al costo de las aplicaciones para limpiarlas».

El valor para el negocio puede ser tan grande que el CIO deberá mantenerse firme, concluye la consultora. «Esta es la razón por la que es tan importante realizar el análisis de valor de qué deuda tecnológica se encuentra en qué lugar de una empresa».

RETENER EL TALENTO TECNOLÓGICO

La reciente oleada de despidos en tecnología llegó también a América Latina y la probabilidad de que continúe en 2023 hace que las empresas corran el peligro de perder su mejor talento tecnológico. «Las empresas no pueden darse el lujo de perder el enfoque en su propia gente», dice Suman Thareja, partner en Nueva Jersey.

«El mejor talento que llega al mercado se capta muy rápidamente. Los líderes necesitan un plan para retener su mejor talento tecnológico en 2023 para mantener a las personas comprometidas», asegura la publicación.

HACER EL «DUE DILIGENCE» DE LOS DATOS

En 2022, se vio un aumento de empresas que intentaban crear casos de uso con IA, pero se demostró que sin buenos datos, no era posible una buena IA.

«Los Productos Mínimo Viables (MVP) a pequeña escala que parecían prometedores fracasaron cuando las empresas intentaron escalarlos y descubrieron que sus prácticas y arquitectura de gestión de datos eran insuficientes», asegura la publicación.

Por eso, «las empresas deberán invertir en 2023 en el desarrollo de sus bases de datos», dice Holger Harreis, partner de McKinsey en Düsseldorf. «En particular el modelo operativo, nuevos enfoques como productos de datos y DataOps, y también arquitectura y tecnología de datos teniendo en cuenta dos factores críticos: la primera, es que necesitan escalar para el negocio; el segundo, que las empresas deberán construir estos cimientos secuenciando iniciativas y casos de uso para crear valor rápidamente».

MANDATO DEL CIO: 2023, EL AÑO DE LA AUTOMATIZACIÓN

Ante las circunstancias actuales, la presión en 2023 recaerá especialmente sobre los CIO para reducir los costos mientras crean una TI más eficiente, más rápida y mejor, asegura la publicación de la consultora: «Eso presenta una oportunidad para que los CIO recuperen parte del terreno elevado que ocuparon durante la pandemia, cuando la tecnología estaba en el centro de las respuestas de muchas empresas», dice Bran Carson, partner en Sidney. «Pero la oportunidad y el enfoque principal para el CIO deberían estar en la automatización para eliminar los desechos».

Según la publicación, una buena automatización reduce los costos y mejora drásticamente la eficiencia y la velocidad de desarrollo al tiempo que reduce el riesgo, características centrales de las empresas de mejor desempeño en la era digital, por lo que invertir en automatización durante una recesión puede poner a una empresa en posición de acelerar una vez que mejore el entorno económico.

«Los CIO deberán tener muy claro el ROI para los casos de automatización, incorporarlos en todos los procesos de revisión y garantizar que se alcance el valor prometido», recomienda la publicación.

*Lee aquí la publicación completa de Mckinsey.

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