Cuando las perspectivas económicas se deterioraron y las presiones de los costes empezaron a aumentar en 2022, la racha de contrataciones de la empresa de la última década llegó a un abrupto final.
Muchas empresas se vieron obligadas a recortar puestos de trabajo ante la pandemia del coronavirus, pero este no fue el caso de Amazon.
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El gigante del comercio electrónico se embarcó en una oleada mundial de contrataciones sin precedentes en 2020 cuando, según resultados publicados por la propia compañía, creó 500.000 nuevos puestos de trabajo.
En 2021 añadió otros 300.000 empleados a su plantilla mundial, sumándose a su ya considerable fuerza laboral. Sin embargo, cuando las perspectivas económicas se deterioraron y las presiones de los costes empezaron a aumentar en 2022, la racha de contrataciones de la empresa de la última década llegó a un abrupto final.
Con la congelación de las contrataciones y los despidos extendiéndose como un reguero de pólvora en la industria tecnológica en general, Amazon también redujo su plantilla global en los primeros seis meses de este año.
A finales de junio, la plantilla global de la mayor minorista online del mundo, incluyendo a los empleados a tiempo parcial, pero excluyendo a los trabajadores temporales y autónomos, era de 1,52 millones de personas, 85.000 menos que a finales de 2021.
Dejando a un lado los despidos, Amazon informó el pasado jueves ingresos del segundo trimestre superiores a los estimados y una previsión optimista para el trimestre actual.
El CEO de la empresa, Andy Jassy, se mostró satisfecho con la evolución. “A pesar de las continuas presiones inflacionarias en los costes de combustible, energía y transporte, estamos avanzando en los costes más controlables que referenciamos el trimestre pasado, en particular mejorando la productividad de nuestra red de distribución”, dijo en el comunicado de resultados de la compañía.
