Por Rosario Rivadeneyra, Diseñadora de Experiencias de Aprendizaje en Beereaders.
La llegada de la pandemia fue un acontecimiento inesperado para todos, con el que las escuelas tuvieron que reinventarse para seguir entregando conocimiento a los niños, niñas y adolescentes, y poco a poco acostumbrarse a este sistema educativo a distancia. Sin embargo, si bien con los meses muchos estudiantes volvieron a la presencialidad, los docentes debieron seguir enseñando con las nuevas tecnologías que aparecieron en medio de la crisis sanitaria.
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A raíz de esto, una gran cantidad de expertos han hecho un llamado a los docentes e instituciones educacionales para que mantengan parte del plan de estudios en la modalidad online, porque hoy es imprescindible contar con plataformas digitales y la educación no es un ámbito excepcional, ya que con estas herramientas se han fortalecido los vínculos pedagógicos y emocionales necesarios para que se desarrolle el aprendizaje.
En el pasado, las clases online consistían en que un profesor se grababa a sí mismo dando una lección, la que luego veían los estudiantes, lo que conocemos como clases asincrónicas. Hoy esa modalidad está casi obsoleta, porque el docente puede realizar las clases en vivo, mientras sus estudiantes interactúan en un aula virtual.
Y aunque se volvió a la presencialidad, los estudiantes y el profesor pueden seguir utilizando aplicaciones, softwares o cualquier herramienta digital que permita monitorear y hacer seguimiento a las tareas o actividades que los alumnos realizar en el aula y en el hogar y, por supuesto, ofrecer retroalimentación al estudiante para el logro de sus objetivos académicos.
Más en específico, se puede aprovechar el uso de la tecnología en el aprendizaje del siguiente modo:
- Con un programa de formación y el uso de una app o plataforma en clase que puede facilitar el vínculo docente-alumno.
- Elaborar tutoriales didácticos, materiales audiovisuales que son herramientas útiles para un trabajo más autónomo en clase.
- Brindar orientación y resolver dudas, facilitar canales de comunicación adecuados para los docentes, padres y alumnos, resolviendo todas las dudas para sacar el máximo provecho a una plataforma.
La tecnología llegó para quedarse. El gran desafío está ahora en aprender a manejar sus avances, y aprovecharlos así para mejorar los modelos de enseñanza-aprendizaje, creando experiencias retadoras y agradables para todos los estudiantes.