Por Zdenka Astudillo, directora ejecutiva de Sistema B Chile.
De acuerdo al Ministerio de Economía de Chile, durante el 2021 se crearon 198 mil nuevas empresas, lo que representa un 24,9% más que lo registrado en 2020. En enero, fueron 12 mil las nuevas compañías creadas, 13% más que en diciembre, aunque 10% menos al compararlo con el acumulado de 12 meses.
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La pandemia obligó a muchos a repensar la forma cómo generar ingresos económicos, pues en su peor momento la crisis sanitaria significó la pérdida de alrededor de 2 millones de puestos de trabajo. De esta manera, muchas de estas nuevas empresas son emprendimientos, el camino que escogieron miles de personas para sortear las dificultades económicas de su hogar.
Y aquí es importante destacar otra característica que muchas veces los números no reflejan y que es una tendencia que se viene dando hace algunos años: muchas de estas iniciativas nacen con la intención de desarrollar negocios de triple impacto. Es decir, no sólo son negocios con los que se pretende generar ingresos, si no que también responden al anhelo de hacerlo con un cambio de switch, donde también importa cómo se trabaja y se obtienen resultados, cuidando el contexto social y medio ambiental.
Es una nueva camada de emprendedores capaz de ver más allá del corto plazo, tienen una mirada panorámica de lo que el sistema económico necesita para diversificarse y seguir creciendo, sin que esto ponga en riesgo la calidad de vida de los colaboradores y con una amplia responsabilidad con el medio ambiente, procurando protegerlo y, en algunos casos, generando ideas que permitan reutilizar los desechos que durante décadas se han convertido en una pesadilla para el bienestar del planeta.
Apoyar a los emprendedores es de suma importancia, pues son un pilar fundamental para diversificar la economía y como fuente de empleo e ingresos en momentos difíciles; pero también se requiere poner atención al tipo de empresas que apoyamos y dar un refuerzo adicional a los que desean sumarse al triple impacto, pues son negocios que, a la larga, nos benefician a todas las personas y al planeta.
Los consumidores también agradecen el aumento de este tipo de compañías y las cifras así lo respaldan. Durante 2021, Mercadolibre desarrolló un estudio de tendencia de consumo online de impacto positivo en Latinoamérica, que consideró un listado de 33 mil productos caracterizados por promover la reducción de impacto ambiental o que generan beneficios sociales y ambientales. Entre abril de 2020 y mayo de 2021 se registró un aumento de 104% en la compra de estos productos, cifra que supera el crecimiento de usuarios de la plataforma, que aumentó en un 39%.
Si bien hay diversas iniciativas que buscan apoyar este tipo de empresas o emprendimientos, se requiere de apoyo adicional por parte del Estado, ya que su respaldo dirigido a estos negocios podría levantarse como una consigna respecto del país que queremos construir.