Plataforma colombiana Ayenda recibe inversión de US$2 millones de BID Lab

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La recaudación será utilizada para fortalecer la expansión de la plataforma en Colombia, Perú y México.

La plataforma colombiana Ayenda, para hoteles independientes de mediano y pequeño tamaño, recibió una inversión de US$2 millones de BID Lab, el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo.

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La startup, además, recaudó aportes de 500 Startups, un fondo de capital emprendedor con sede en Estados Unidos, y Dalus Capital, un fondo de capital emprendedor mexicano.

La recaudación será utilizada por la startup para fortalecer la expansión de la plataforma en Colombia, Perú y México.

Ayenda fue fundada por el colombiano Andrés Sarrazola, una plataforma que recibió su primer espaldarazo en 20219, cuando Softbank invierte en la startup, un hito para ambos, ya que se trató de la primera inversión del holding japonés en América Latina.

Ayenda basa su negocio en un modelo de franquicias que se accionan al asociarse con hoteles independientes de pequeño y mediana envergadura, a quienes la startup los apoya en sus ventas y marketing.

La inversión del organismo multilateral responde a “uno de los pilares de la Visión 2025 del Grupo BID, avanzar en la senda de la recuperación post pandemia en América Latina y el Caribe”.

“Con esta iniciativa, BID Lab prevé beneficiar no solo a los propietarios de estos establecimientos hoteleros, sus empleados, huéspedes y los proveedores que conforman la cadena de valor de la industria hotelera, sino generar empleo local, especialmente para mujeres, que conforman el 90% de la mano de obra de los hoteles Ayenda”, justifico el organismo en su sitio web.

Hasta la fecha, la empresa ha digitalizado 280 hoteles independientes en Colombia, Perú y México, y para 2025 se prevé que opere en, al menos, 50 ciudades de América Latina y el Caribe.

Más del 70% de los hoteles en América Latina y el Caribe son establecimientos independientes de bajo costo pertenecientes a pequeñas y medianas empresas familiares que, incluso antes de los embates de la pandemia, se veían en una situación de vulnerabilidad. Se trata, en su mayoría, de hoteles de dos o tres estrellas, con un promedio de tres empleados, que alojan a trabajadores de presupuesto limitado como trabajadores autónomos, vendedores o técnicos, y que son especialmente vulnerables a las desventajas de una tecnología insuficiente, prácticas de administración hotelera deficientes o limitado acceso a financiación, entre otras.

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