Por Horacio Faudella, Co CEO & Co-founder de GoJom.
Sin duda que la industria inmobiliaria es una de las más afectadas por la situación económica que genera la pandemia de COVID-19, por los esquemas de distanciamiento social que se necesitan para combatirla y, en especial, por la incertidumbre. En este sentido, se estima que la caída en la venta de inmuebles, durante 2020, fue del 7% según Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO).
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A su vez, la actual pandemia cambió la manera en cómo vivimos, trabajamos, adquirimos bienes y servicios y, junto a la economía digital, también modificó las necesidades de inquilinos y usuarios finales.
En este nuevo escenario, es preciso que inversionistas, desarrolladores, constructores, administradores, brokers e inmobiliarias visualicen los cambios sustanciales y definan proyectos en base a tecnologías fundamentales como Inteligencia Artificial (AI) y machine learning para moderar los riesgos y potenciar la recuperación del sector.
La ocasión no podría ser más propicia para la economía nacional. Según el informe Inteligencia Artificial: la gran oportunidad del siglo XXI, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), si Perú logra una alta adopción de la IA, en diez años podría haber casi duplicado su PBI, mientras que la industria de servicios empresariales sería la que registraría un mayor crecimiento con 2,9 millones de empleos nuevos.
Cómo aprovechar la evolución
Dada la creciente influencia de estas tecnología y los cambios en las preferencias de los clientes, el empleo de IA se vuelve fundamental para analizar nuevas y complejas formas de datos que permiten no sólo automatizar tareas, sino también tener una mejor previsión de los escenarios futuros.
Las empresas del sector de bienes raíces que exploten el valor de los datos recopilados pueden evaluar tendencias y patrones para predecir el comportamiento de los usuarios finales, así como optimizar los planes financieros, de ventas y de facturación. A su vez, a través del machine learning, es posible analizar diferentes tipos de datos que logren predecir mejor las decisiones de locación de los inquilinos y, muy importante, obtener valuaciones más precisas de los inmuebles que mejoren las prácticas de comercialización.
Desde el punto de vista de los inversores, usar el análisis de estos datos en la administración de sus carteras posibilita gestionar los riesgos y complejidades crecientes con mayor eficacia; reducir las comisiones y acceder a información más detallada en cuanto al valor neto de los alquileres, los contratos de arrendamiento y la demanda del mercado. Asimismo, mediante la combinación de datos alternativos y tradicionales, en análisis avanzados, se puede moderar el sesgo humano y lograr decisiones de inversión más objetivas.
Hoy por hoy, para los actores del ecosistema de bienes raíces, acceder a los datos ya no representa un problema, sino que hallar el contenido de valor es el desafío y la verdadera oportunidad.
Según la consultora IDC, para este año se espera una inversión de US$ 57 mil millones en América Latina para desarrollar la IA. Mientras que, a nivel mundial, el informe Sizing the Prize, de PWC, indica que esta tecnología generará US$ 16.500 trillones en el 2030.
Frente a este panorama, la agilidad, flexibilidad y los desarrollos tecnológicos posicionan a las PropTech como aliadas estratégicas para los actores de un sector que, al menos hasta hace unos años, no ha explotado el verdadero potencial de la IA.
*Fuentes:
Inteligencia Artificial: la gran oportunidad del siglo XXI – BID
Big Data e Inteligencia Artificial en la Economía Digital – IDC